NO PERDAMOS LA CAPACIDAD DE SORPRENDERNOS

                                               

 
 

 
                  El asombro en filosofía es el sentimiento que ilumina la mente, permitiéndole al ser humano salir de entre las sombras con respecto a su propia existencia, la del entorno y la del universo. ... Es esta perplejidad  la que da inicio a toda cuestión filosófica.
 
          Esa curiosidad por lo bello y lo excepcional en todo lo que nos rodea  contribuye  a nuestra felicidad, creatividad y motivación.   Hay que salir de uno mismo y dejarse cautivar por la realidad. Sin embargo, nuestro ego siempre está ahí para llevarnos por el camino más aburrido: el de lo conocido; el del conocimiento absoluto. El ego impide sorprendernos y vivir cada instante como único. El acto de jugar es intensivo en creatividad e innovación instantánea. Cada vez que nos sorprendemos estamos vivos. Es un acto de humildad, altruista y totalmente liberador. No perdamos esa ingenuidad infantil, esa mirada inocente que no juzga nada, impredecible, siempre conectados con la vida. Necesitamos más que nunca disfrutar del poder del ahora.
 
 
Foto: Mi personaje Mina en "Cuando el río suena".
 
 
 
 
 
   


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